martes, 20 de mayo de 2014

Ley de Fomento a la Cultura: Un estudio personal

Cuando ingresé a colaborar en el Instituto Estatal de la Cultura del Estado de Guanajuato, una de las tareas que realicé en el año de 2002 fue un estudio comparativo sobre diversas legislaciones en materia de cultura, como parte de mi evaluación en el diplomado de derecho cultural. Para tal fin, estudié diversas normativas latinoamericanas, consulté las diversas disposiciones de la UNESCO, tratados internacionales suscritos por los Estados Unidos Mexicanos, y la convención Andrés Bello.

Las normativas en comento coinciden al establecer una serie de principios dogmáticos sobre qué es lo que debería entenderse como materia cultural. No se establece propiamente que la cultura es un derecho, pues su propia naturaleza impide por sí misma que por un decreto algo intangible sea cultura. Se trata más bien, de establecer los medios a través de los cuales los Estados reconocen las manifestaciones culturales y cómo debe procurarse su estudio, protección, fomento, difusión y promoción como el patrimonio universal que es.

Obviamente, el estudio quedó en el tintero dado que las condiciones para su discusión a nivel cameral no estaban dadas, tampoco en la actualidad. Sin embargo, considero viable que una vez pasados más de diez años desde su elaboración, el estudio pueda ser compartido. Desde mi punto de vista, el Estado no debe regular el quehacer cultural, sino establecer cuáles expresiones son tuteladas, y proveer a la sociedad el acceso a los servicios culturales. Dentro de las acciones de tutela están las de preservación del patrimonio cultural, ya sea de carácter público o privado, pues es de interés general que sean conservadas aquellas actividades o bienes que son representativos de la sociedad.

El acceso a los servicios culturales se diversifica al promoverse la realización de actividades de fomento a la cultura, así como el involucrar a la sociedad en dichas actividades.

La concepción del proyecto enlista aquellas actividades que se tutelan, pues el derecho moderno cuestiona las decisiones escasamente sustentadas en el arbitrtio o discrecionales. Para proteger algo, se debe saber qué es lo que se quiere proteger y cómo se debe proteger.

Dejo en manos de los lectores, mi estudio sobre la Ley de Fomento a la Cultura, adaptada para el Estado de Guanajuato, deseando que sea de utilidad.

lunes, 19 de mayo de 2014

North Side Motopartes: un proveedor confiable

Pues bien, se partió una direccional trasera de la VStrom. Conseguirla en la agencia de Suzuki imposible, puesto que si no es una motocicleta de al menos modelo 2007, olvídate de que consigan algo. Mi motocicleta es modelo 2002; de ahí que pongan peros y trabas.

Antes había comprado el par de direccionales delanteras con motosgap a cierto precio. Buscando en la red localicé a otro proveedor y pues a cotizar. Este proveedor es North Side Motopartes, que cuenta con un estupendo buscador de partes para motocicletas. Obvio, se trata de piezas y refacciones existentes o de línea, por lo que puede haber partes que al no estar en los catálogos, la única forma de obtenerlas es a través de desguazaderos.

Las direccionales de la VStrom sí estaban disponibles, hice la cotización y efectué la compra. Las piezas llegaron en poco menos de dos semanas, son originales 100% y nuevas, restando sólo instalarlas (esto lo harán en el taller, porque hay que desarmar el carenado trasero). El costo de las piezas fue competitivo y fue una buena inversión.

Recomiendo ampliamente a North Side Motopartes, pues el trato fue profesional y ético.

Cápsula cultural: Usualmente, cuando se trata de conseguir partes usadas, el común se refiere a los establecimientos como "deshuesaderos", lo que es incorrecto. Un deshuesadero es donde sacan huesos, y los vehículos no llevan huesos, sino partes y piezas.

Según el diccionario de la RAE desguazar es deshacer o desbaratar algoWikipedia establece que se trata de desarmar algo para reutilizar sus partes.

Por tanto, el término correcto para referirse a establecimiento de venta de partes usadas, es desguazadero. 

lunes, 12 de mayo de 2014

Como eliminar el malware "tune up utilities" y no morir en el intento.

Pues, como buen amante de las utilerías gratuitas, me di este fin de semana la tarea de buscar un reproductor de mp3 para la computadora. No me gustó ninguno de los alternativos a WinAmp, por lo que decidí entonces instalar una versión de 2009 que tenía almacenada.

Al concluir de instalar el WinAmp, de la nada sale un mensaje con unos simpáticos cubitos amarillos anunciándome con todo gozo, que tenía instalado el programa Tune Up Utilities 2014 y que debía visitar la página web para completar la instalación. Vaya, eso fue desconcertante. ¿Cómo pudo instalarse un open candy en un programa de hace años,  con una utilería ratera de 2014? Esto ocurrió en un entorno de Windows 7.

Lo primero es decirle no a todas las opciones que aparezcan, y desde pánel de control, agregar o quitar programas, localizar esa cochinada y elimiminarla. Confirmar únicamente la desinstalación.

Luego, la cosa es localizar esa porquería y ponerle remedio al asunto. Usando el malwarebytes, la ruta de ubicación de esa cochinada estaba en

C:\Users\nombreusuario\AppData\Roaming

¿Cómo llegar ahí? El procedimiento es el siguiente:

1.- Explorador de archivos;
2.- Herramientas - opciones de carpeta
3.- Ficha "ver"
4.- Archivos y carpetas ocultos, marcar "mostrar archivos, carpetas y unidades ocultos";
5.- Desmarcar "ocultar archivos protegidos del sistema operativo";
6.- Advertencia dar en "si";
7.- Clic en aplicar.

Ya con eso, buscamos entonces en la ruta

C:\Users\nombreusuario\AppData\Roaming

Y hallaremos las carpetas "tune up utilities", y una de open candy. Las marcamos y las borramos.

¡Espera! Aún no acabamos con ese caso. Cierra el explorador de archivos, clic en inicio, ejecutar y pones %temp%. Aquí te vas a dar cuenta de que existen dos archivos: uno que es propiamente el instalador de la cochinada, y otro que es el registro (archivo .log)

El archivo de registro es algo parecido a esto:

TUInstallLogBP_2014-05-12_15-04-25.log

Lo abres con el bloc de notas. Entre toda la serie de números y letras, hay que localizar estros datos:

Calling process: C:\Users\nombreusuario\AppData\Roaming\OpenCandy\serie de números y letras\TuneUpUtilities2014_es-MX.exe

y

Original package ==> C:\ProgramData\{serie de números y letras}\\{serie de números y letras}.msi

El que nos importa ahora es el dato de Original package (el open candy ya lo eliminamos). Desde el explorador de archivos, se busca la ruta que indica el dato Original package. Lo hallamos y lo eliminamos. Luego, buscamos en la carpeta de archivos de programa, si hay una que se refiera a ese tune up. La eliminamos.

En seguida, ponemos las opciones del explorador de archivos en su modo normal, marcando las casillas de ocultar archivos ocultos, y ocultar archivos del sistema.

Ahora, marcamos todos los archivos mostrados en %temp% y los eliminamos. Habrá algunos que no se dejan borrar, omítelos.

Pasamos CCleaner en modo limpieza de registro las veces que se requieran hasta que no detecte errores.

¿Por qué todo este procedimiento? Pues porque el malwarebytes solamente anula el efecto de instalación del malware, pero permanece en el equipo el origen o la fuente del daño. Por eso desde raíz se debe quitar.

Antes los distribuidores de programitas éticamente daban la opción de aceptar o no aceptar los bonus u otros regalos. Ahora los disfrazan para que el usuario instale involuntariamente cochinadas que ni son útiles y ni son necesarias (y peor que algunas son de pago). Me parece que los desarrolladores de antivirus y de antimalware deberían buscar alguna estrategia para reventar esas instalaciones no autorizadas expresamente por el usuario.